Luego de haber organizado e interpretado la información obtenida del experimento, analizamos y confrontamos si la hipótesis era cierta o falsa, dependiendo de los resultados obtenidos. Si
los experimentos no apoyan la hipótesis, hay que replantearlos y debemos volver a empezar. Si varios experimentos apoyan la hipótesis, entonces ésta puede convertirse en una teoría y
posteriormente en ley.